lunes, agosto 31, 2009

Lo que el Domingo no le cuenta al Lunes

Si escribo esto aquí, tengo que aceptar que es una confesión, y que no tiene lugar en 55 crónicas, porque no solo pertenece a esa parte de mi vida. Y si es que lo confieso es porque hoy, hoy sentí un bache y no tuve como sostenerme, simplemente toda la lluvia cayó y punto. Y siento, porque me preguntaron hoy donde estaba ese lugar donde me albergo, esa parte que no era David “jefe”, que no era David “estudiante” o David “amigo”, me preguntaron quien era David, pero hoy, hoy no había respuesta, no había promesas, solo el coraje por un sueño.

Busque dentro de mí mientras regresaba en el taxi y simplemente encontré una reflexión sobre el amor, el amor es el financiamiento seguro del dolor, con el aprendes, con el avanzas, con el te salvas y con él te caes. El amor es un golpe atinado siempre justo donde pueden derrotarte, el amor es entregar la vida y la sangre, para creer en la felicidad. El amor nos hace creer que podemos tener a alguien, es la inútil promesa de pretender retener un deseo, de detener el tiempo, de despertar cuando tú quieras. El amor es el camino que alimenta visiones en los rincones de tu vida, en un momento los vuelve recuerdos y en otro pesadillas. El amor destruye porque está hecho de lo que creo el universo. El amor te hace huir de tu casa como loco en un momento y al otro te hace huir de tu vida como un fugitivo, el amor te deja sin ella y te deja una nota en el refrigerador prometiendo que todo va a cambiar y ser mejor. El amor te deja sin comer por pasión y te deja sin hambre de tristeza. El amor te viste y te desviste, te desnuda y te expone tanto como te envuelve en ese calor que se despeja con el otoño de las caricias. El amor te deja sin esperar nada en la esquina de tu cama,te deja sin calor en tu almohada, te deja sin aliento en un momento para en otro quitarte el aire. Te deja huyendo como un cobarde de tu vida, avergonzado de ti mismo por no poder afrontar tanto dolor. El amor te hace amar vivir cada día en un momento y al otro te hace odiar que llegue el fin de semana y tengas que enfrentarte a ti mismo, sin responsabilidades u oportunidades para defenderte, y te golpea, cada segundo, parece un día para sufrir, ahora puedo decir que no le temo a los fantasmas porque he visto los peores dentro de mi, que aparecen cada noche por la madrugada, que aparecen cada fin de semana. Si eso les responde, es por eso que me quedo trabajando hasta la madrugada, es por eso que no escapo un sábado fácilmente, es por eso que hasta el apasionamiento por mi trabajo, hoy se vuelve la desesperación por no regresar a esa casa de embrujos que se ha vuelto mi propia vida.

Así pasa cuando sientes que te hicieron perder, así se siente cuando llegas cada día a tu espejo después de una buena faena y después de lavarte la cara solo miras tus ojos, llenos de pavor de existir, pavor de que te pase lo mismo, pavor de seguir, así se me ve en las noches, felaz y atemorizado. Y cada nueva mañana se despierta con una promesa construida en base a las mejores intenciones a las mejores promesas para ti, con ganas de ganar sin tregua, con un aliento por los que te aman y otro por Dios. Ahora último alguien me enseño algo que no dejare ir, porque creo que es una de las mejores medicinas, hecha de tres pasos: agradecer, perdonar y bendecir, aquello que te hace tanto daño, y explorándolo en verdad descubrí que puede ser cierto y que aunque no te dé totalmente las fuerzas por ti mismo de resistir todos los golpes como hoy, por lo menos permite saber que alguien más sigue recibiendo lo mejor que le puedes dar.

Ahí lo tienen aunque no quiera, y solo estará colgado esta semana aquí, porque creo que en verdad pertenece a otro de blog (Mis Confesiones o Poemas de Humo)y espero que le sea de provecho a alguien, y si desean, pongan play a la canción que estuve escuchando todo el rato que escribí este post, me parece bella la verdad, la letra completa aún más, Damien Rice – La Hija del Soplador*.

* Soplador: Flor también llamada por aqui, diente de león.

No hay comentarios.: