domingo, agosto 23, 2009

De los niños para mis niños

Esta bien. creo que ahora estoy un poco mas lejos que antes de poder aconsejar sobre la familia, o quizás no, el trabajar en la educación me ha hecho ampliar mi visión sobre muchas de las consecuencias que tiene el egoísta actuar de las decisiones de una pareja, sin ser sustentados en el conocimiento de la fuerza de su fe y su corazón. Postulo unas simples teorías en las que creo fuertemente.

La Primera es que no hay mejor enseñanza que se les deja a nuestra descendencia que el ejemplo de vida que dejamos en nuestras vidas, nuestras obras y nuestra reputación, recordar que los valores que transmitimos con nuestros actos son los que le dan causa y efecto a nuestros errores y aciertos y ciertamente la dirección que les demos, los valores que queramos transmitir a través de ellos, serán ciertamente los que hablaran de que quisimos hacer y como fuimos, cabe mencionar que ciertamente no existe dinero o educación que vaya asegurarle a nuestros hijos un futuro si no tienen esa base fuerte que representan los valores de nuestros actos, y lo invaluable de saber apreciar nuestros errores y poder delegar esa lecciones a nuestros hijos a fin de que ellos puedan reflexionar de estos como humanos que somos, tanto padres como hijos, forzar a un hijo a tomar la moraleja como una ley natural, también hace que delimitemos el campo en el cual se pueden desarrollar sus nuevos conocimientos justamente sobre los errores de los padres.

La Segunda, la familia es esencial, ciertamente, existen muchas soluciones que adecuan las consecuencias de nuestro actual estilo de vida del que somos victimas y separa la familia. Pero existe una verdad imperecedera, los hijos fueron hechos para tenerse en una familia, o guardar la estructura de la misma hasta que ellos puedan valerse facultativamente por si mismo, esta es una lección que los animales han aprendido muy bien y parece que nosotros desaprendemos cada vez más. Muchos buscan soluciones para poder arreglársela cada quien de los padres individualmente, sin embargo, pocos buscan una solución que signifique un cambio de actitud como el compromiso eterno que representa una familia, lamentablemente y para muchas familias que recién se forman, este compromiso va más allá de la responsabilidad y del amor que impulsa todo este esfuerzo, creo sinceramente que uno esta listo para casarse cuando estas convencido que puedes ser feliz haciendo feliz a otro y que cuando entregas un anillo, nos solo entregas tu vida con el salvoconducto del divorcio, creo que realmente es entregar la vida por ambas partes y si no existe esa calidad de compromiso, si miramos a los costados (familia, dinero, etc.) es que estamos buscando algo seguro, en un mundo que no nos ofrece en ningún momento más de los que esta dispuesto cada uno en la pareja a esforzarse por el otro.

La Tercera, es que uno tiene que recordar que puede ser humano, sin embargo durante la formación de un niño es muy importante pensar y actuar en base a darle solidez en su carácter y formación, darle guías para poder analizar y actuar en base a los valores que regirán su vida, darles ese peso en los actos que realizamos de acuerdo a nuestro criterio y preguntarnos, ¿Que me hubiese ver de mis padres? Los niños realmente son pequeños genios de la inocencia, a ese nivel que nosotros no lo podemos ser, pues de ella nos queda muy poco, aprendamos entonces a apreciarla y a guiarlos en el camino a aprender a ser cautos y astutos, sensatos y alegres, no simplemente enseñarles un mundo que esta dispuesto a robársela por realmente nada.

Si me preguntan a mi, pues quiero tener niños que me conozcan, que me admiren, con los cuales reírme y recrearme en su inocencia, que me pregunten el porque de las cosas hasta el cansancio (cosa para la cual me preparo con Anthony, jajajaja), que encuentren en mi protección, cobijo, cariño, sabiduría y sobre todo valor. Creo en mi caso que eso comienza justamente por valorarlos a ellos mismos, incursionando en su mundo de fantasía para que sean los protagonistas y héroes de sus propias conquistas, de sus propios logros, aprender que el hecho de lo que saben es muy importante, que en verdad cuando tengan tu edad, conocerán muchas cosas que tu no vera y que en ese momento tendrán esa misma paciencia para poder explicarte. Que un niño te valore, realmente es lo mas grandioso y fácil del mundo, lo cual me vuelve a probar que la felicidad no estaba tan escondida como creía. Llenarlos de cariño, es lo máximo, compartir con ellos y alejarlos de cierta manera de esa panacea artificial que representan la televisión y los juegos por computadora, para recordarles las maravillas de descubrir el mundo, aquel que nosotros descubrimos sin Internet desde una hoja hasta la luz del sol, y que estas herramientas representen un refuerzo de nuestro esfuerzo. No se que me depare Dios Jehová la verdad, pero si se que quiero una familia con una mujer sabia y creativa que sonría cuando con mi hijo regresemos cochinos de jugar, y que espere al momento de dos para requintarme la quinta generación y me diga que esta vez tendré que lavar yo la ropa, pero con amor; y que por otro lado aconseje a ese nicho antes de dormir, que sepa con astucia sembrar valores de conducta y con paciencia podamos dormir sabiendo que somos humanos con errores que ponemos todo de nosotros para que las cosas salgan bien, pues ciertamente lo que sea de cada uno es lo que nutrirá a esa persona que viene a ser el embajador de nuestro paso por la tierra, y no hay mejor que dejarle un buen nombre y apellido, que cuando lo llamen sepan que representa el producto de esfuerzo, confianza, cariño, respeto, sensatez, conocimiento, comprensión, paciencia y amor como valor esencial de todo lo que realmente perdura en esta vida.

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