
A veces digo: “Cualquier huevon puede pecar, pero hacen falta huevos para hacer lo correcto”, disculpando la vulgaridad del dicho, personalmente no conocía lo difícil que podía ser demostrarlo. Actualmente se encuentran con un David muy locuaz, pero ciertamente lleno de necesidades, de fantasmas hechos del vacío entre el teléfono y mis sábanas.
Ciertamente si no fuera por William, hoy hubiese terminado de cometer una tontería, realmente me ayudo a elegir, y es increíble como alguien que no tiene la experiencia, solo por la propia admiración que te tiene e idea de lo correcto puede resultar ese eco de tu conciencia que faltaba para agarrar camino. Ciertamente ante la oportunidad, decidí el receso, ante el riesgo más barato me ayudo a elegir el esfuerzo más caro, ciertamente si esta vez me equivocaba podía poner en riesgo no solamente mi sustento sino también tiraría por el piso lo importante que me resulto aprender sobre la autoridad moral, durante este tiempo. Si, casi peco con esa chica, pero en verdad hace falta más valor para encontrarle realmente el valor interno de sus ganas, saber poner la situación en la mejor perspectiva y encontrar el mejor valor posible, y más dificil que eso, mantenerlo.
Ciertamente, fue una voz de última hora, un eco que me hizo reflexionar, pero también me puso en el difícil papel de encontrarme con la realidad de ser jefe de cuatro personas, que mal que bien me admiran por algún motivo (según Andre), que están conmigo ante todo, brindándole a este Norte lo mejor de ellos mismos. Y que eso me coloca ante una responsabilidad, quiero puntualizar que soy concertativo, sin embargo, también eso me coloca en una presunción de infalibilidad en mis decisiones y valores, los cuales quiera o no transmito en las acciones que derivo, y eso trae consigo una responsabilidad, que si bien antes me era fácil mantener, dado que gran parte de las necesidades relacionadas con mi libido estaban cubiertas, ahora tienen que ser conciliadas con valores y bienestar de otra clase más sólida y ligera.
Ciertamente el decir que Si al cambio, el decir alto a esta cadena de cosas que se venían conviniendo para dejarme al borde de la decisión que bien me planteo Dios Jehova en una breve consulta a su palabra, es difícil, pero no imposible, más siendo un defensor de lo epicúreamente simple y lo sencillamente exquisito, creo que hay fuertes esperanzas en una promesa a mi mismo, ahora mas que nunca. Queda que aprender, y también para dar.
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