El Menumento a Jose Olaya

Cada vez que voy a estudiar, y hago mi recorrido “con actitud” de costumbre, hay un icono que me recibe y me hace sentir maricamente peruano, o en su defecto nórdicamente jodido.

Existe en la primera cuadra de la Av. Arequipa un monumento que yo y mis amigos cariñosamente le llamamos “La José Olaya” , y es que este monumento del conmemorativo prócer regalo de Bélgica por nuestra independencia, más que regalo parece que nos dijera : “He aquí pueblo de cholows maricas que nunca reclaman pohr nadaw”.

Fijense, yo creo que nuestro Jose Olaya jamás ostento una parada tan vanidosamente homosexual, parece un monumento al Dia del Orgullo Gay, con su pose de Chimbombito disforzado y sus manos suntuosas sobre sus perfiladas caderas, me hace pensar que debería estar mejor entre las Cdras. 13 y 14, protegiendo a las locas, tracas y otras rarezas de la fauna limeña o bloqueando la entrada al hace poco clausurado DownTown. Personalmente cada vez que lo veo, mi caminar se contagia de aquel espíritu regio de la José, y cual marketero -estilista esquivo con un estilizado caminar cada bache que se abre paso cual escalera al sótano en las veredas de la Arequipa.

La verdad no se si le abre tomado el sentido correcto a lo que pretendía expresar el escultor del monumento, pero la verdad creo que saca el mariconcito que llevamos dentro a todos los que transitamos por aquel parque concurrido por decenas de estudiantes que estrujan sus cansados cuerpos en arrumacos, manoseamientos y salpicantes chapes públicos con los que todos nos ganamos involuntariamente, los que pueden pueden… ¡¡¡ pueden irse a un telo caracho!!!.

La verdad yo quisiera encontrar al escultor ese que debe haber tenido algún flete revejido del parque Kennedy como modelo y algo más, para mentarle mas de una canallada, es decir, ser peruano es lo suficientemente jodido en el extranjero como para que en tu tierra sientas que los personajes dignos de ejemplo se paran cual prosti en la Av. Arequipa a esperar aquel taxi furtivo que nunca los levantará. Así que no nos sorprenda encontrar monumentos a algún Miguel Grau Panqueque, una Micaela Bastidas Streaper o un Bolognesi Pastrulo, que ejemplos dejamos caracho.