jueves, agosto 31, 2006

Jhonattan Ayuni del Aguila - Uña y carne

En el verano del 99 aprendería a tener una actitud, disfrutar del mejor Hardcore, emprendería mi marcha sin fin al "alpinchismo" junto con Jhonattan, compartiriamos secretos, infidencias, fiestas, vistas de la playa, las mejores tardes de mi vida en las calles, las mejors reuniones en su casa o la mía. En pocas al final con todo lo que aprendi, logré una postura naturalemente rebelde adolescente y espontánea. En este verano se concertaría una gran amistad entre el mas temperamental y popular del salón, y el mas nerd e inpopular del salón, algo que nadie creía posible. Aprendimos los dos, y no puedo negar que en estos años aprendí mas de él que de nadie, no solo fue mi hombro, si no mi brazo, baston y pie rengo, fue la mitad y fue (y es) mi hermano.

El bachillerato, fue mas exitante aún, sin uniformes, sin tan rigidas reglas, todo acababa en una seria chacota, en "guerreaditas" detras del colegio (incluidos agravios por impacto de piedras o palos dentro del "juego"). A pesarq ue nos dividieron en diferentes salones a Jhonattan y a mi, eso tan solo hizo que el grupo fuera mas grande. Yo seguía tratando de estar en todas a pesar de no estar en ninguna, aprender y seguir aprendiendo, aunque no lo crean, a ser adolescente. Llevabamos radio, poniamos nuestra música en los baños, haciamos barra brava en los olimpiadas escolares y empezamos a ser mas populares.

Poníamos al aún no conocido Korn o Papa Roach en el baño y pogueabamos pateando todo, nos expresabamos al máximo en cada exposición, cada quien trataba de ser el mejor en este tema, me ponía a inventar raros tatuajes de latex... fui muy feliz.

Nos soliamos reunir en la casa de Jhonattan del Jr. Bolognesi pues paraba quedándose sola, armabamos tonos interminables y para mi inolvidables, la mayoria de fines de semana se trataban de Jhonattan y yo, en tal o cual lugar, o simplemente relajandonos escuchoando música, total, el futuro sonreia incierto y la promesa era grandísima, teniamos tiempo para filosofar sobre lo que no conociamos o comentar el ultimo chisme del grupo. Eramos dos inseparables para todo. Hicimos de los profesores amigos y de nuestras notas provecho, demostramos lo mejor que podia despedir a esa alma mater que tanto nos habia dado, en lo que a mi respecta, ese pequeño mundo predió fuego a mi vida e hizo flamear mi mente.

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