jueves, enero 16, 2014

Verano Hambriento

A veces te das cuenta que nunca existió un lugar "seguro", que te moviste de una historia a otra, que no quedaban más orillas que comerle a la realidad y te chocas con los bordes duros de tu naturaleza. A veces los pétalos no son todos de colores, no son todos de primavera.

Cada día me levanto para desconcertarme sobre como he llegado a esta inmutabilidad rutinaria de mi mismo y le raspo todos los días la rodilla a esta realidad mientras camino luchando, mientras transito entre emociones que me entretienen o sencillamente me dejan lleno de pasiones que se como controlar, pero por falta de razones ya no hay porque hacerlo,

¿Es el miedo el que me mantiene aquí?, o saber que uno no esta preparado, ¿Preparado?, seguir el plan y llevarlo a cada puerto, resulta un nuevo plan cada día, un nuevo problema un nuevo juego de carros chocones hacia un resultado mezquino, cada vez más exigente.

El verano siempre fue la peor época para mi, no me sienta bien el sol húmedo de aquí, me siento enfermo, realmente enfermo, de psicosearme cada día entre las alternativas que pasan como episodios de tiempo perdido en los que vengo sin entender su utilidad, me tiene exhausto, la libertad me tiene exhausto, las ganas no me dan para salir de mis metas, y mis metas no me alimentan para seguir, todo parece una demencia, sin embargo alguna luz que a veces no se si creé se ve al final del camino, sigo caminando desde el barro hecho de mi sudor, de este verano hambriento de ansias en un cuerpo famélico y cansado. No siento ya la fe como parte de mis huesos sino como parte de una demencia en mi mente que me obliga a seguir la voluntad ciega de hacer florecer a caricias y golpes la flor después de primavera. No entiendo hacia donde puede encaminar todo este esfuerzo, hasta el rediseño de mi mismo parece inútil, absolutamente todo después de la primera caída parece un largo y seco camino inútil en el cual construyo un aparato punto por punto con esfuerzo mientras camino por voluntad, sencillamente por voluntad y sin precio.

Le pedí a cuanto astro y apu, y no siento más respuesta que polvo de estrellas y arena, polvo de estrellas y arena. No se cuanto cueste seguir, pero cargo una actitud de Asesino con Furia de Malparido que necesito disparar hacia la puerta indicada, la luz primaveral se ha ido, mientras que no este construyendo, será dificil creer que este ahí más que como una máscara arrancada de la piel de su propio rostro. Un guerrero lleno de armas que le pesan en el camino mientras construye la más fina arma, la más fina maquina para abrir caminos, la que sorprende porque pertenece a lo eterno, y lo eterno es el silencio, el sonido todavía no se escucha, pero así son los ataques virales, pertenecen al silencio no al ruido.

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