Acaso lo eterno es tan fácil de reemplazar, a veces cuando las cosas que pensamos se dejan de lado, como si todo estuviera en un continuo desvariar buscando algún estado, alguna condición de saberse eterno, la verdad la eternidad, también es una visión, una parte que no queremos dejar, aquel lugar que construimos y no queremos dejar de lado.
Una concepción, como lo que pensamos un día que va a ser la condición de toda nuestra vida y al otro añoramos como lo más seguro que teníamos al fin. La vida es un viaje, y me cuesta un poco creer mis propias palabras, cuando el corazón guarda esperanzas que se caen solas, cuando en verdad tu propio destino parece incierto entre la comodidad de vivir y el incierto único del mañana, tengo muchas cosas en decir la verdad sobre estos días, pero lo que si puedo sentir al día de hoy es que me siento golpeado, como muchas veces.
Quisiera saber si el autoestima es algo que creemos eterno. Si ese juego que empecé por no caer me está haciendo morder el polvo por dentro, me está encerrando en ese olvido del que huyo, si la vida para mi es ese paréntesis que me nubla de las bendiciones hechas para mi, si estoy preparado para amar. Toda materia sometida al cambio sufre, y siento que esa rigidez dentro de mí se está doblegando de dolor, en mi conciencia esta el seguir, pero ¿cuanto de la verdad estoy dispuesto a asimilar?, que clase de verdad incompleta es esa que tengo y de la que no me puedo persuadir, que clase de porvenir es ese que no se puede albergar completamente en mis pupilas. No cabe más duda que el que me levanta a a luchar, a ver qué puede pasar conmigo al final de los finales.
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